Hace mil quinientos años que no escribía por las mil quinientas cosas que tengo que hacer todos los días.
Pero ahora que estoy pasando por una situación tan caótica y estresante que necesitaba retomar. Mi hijo adolescente tiene depresión, transtorno de la impulsividad y cosas raras que me dice el psiquiatra y ha sido un tsunami para todos, pero en especial para mi. Como estamos separados con su papá, casi todo el peso me lo llevo yo, y estoy emocionalmente desgastada. Ha sido un año de mierda, en hospitales, consultas del psiquiatra y de la sicóloga, angustia, peleas con Gabriel y peleas con el papá del Joaco, más la angustia por no saber como reaccionar a sus cambios de ánimo, a sus agresiones, a su falta de ganas de ir al colegio.
Como es una enfermedad sicológica o no sé el término correcto, pero no es física, es difícil explicar a la gente, es dificil faltar a la pega y explicar lo que le pasa a tu hijo y también explicar que no estés bien, a pesar de tener casa nueva, proyectos ganados, guagua exquisita, hijos aparentemente sanos, pareja que te quiere.
Tampoco quiero explicarlo porque es privado, por lo tanto no puedo andar llorando por ahí, aunque me consuma la angustia.
De mi vida como madre, esto ha sido lo más dificil, nadie me preparó para la adolescencia y honestamente mi primer impulso cada mañana es salir corriendo, arrancar. Obvio no lo hago, porque amo a mis hijos y hoy amo más mi Joaco, solo quiero sacarlo adelante, pero honestamente a veces pienso que no soy capaz.
Que pelúo. Por la cresta que pelúo. Pero lo bueno es que ya lo sabes, ¿te imaginas no tener un diagnóstico y visitar a chorromil doctores? Eso es asqueroso.
ResponderEliminarTe mando harto harto harto ánimo. Que todo salga bien.