martes, 3 de septiembre de 2013

Competencia

La otra vez conversando con amigos hablabamos de lo competitivas que somos las mujeres. Algunas compiten por ser lindas o quién es más flaca, otras por el trabajo, otras por la cantidad de ropa, otras por tener más títulos y ser más inteligente, incluso algunas (me da un poco de verguenza por el género) compiten por quién tiene el mejor pololo o el mejor marido,  y además por los hijos, otras incluso  (esta es peor) por quién tiene la casa más limpia.
El asunto es que estamos tratando de agradar, de gustar, de corresponder, claro los hombres también compiten es cierto, pero no lo hacen por absolutamente todo como nosotras, generalmente se limita al trabajo.
¿Te gusto?, ¿Cómo me veo? ¿Cómo lo hice?  son preguntas femeninas.
Cuando en un autoanálisis la mayoría de mis alumnas me dice soy insegura y ningún alumno se reconoce así, algo está pasando. Ago que ha pasado siempre.
Yo trato de no competir, nunca he sido competitiva pero estoy aquí rodeada de mujeres que me miran y no puedo evitar verlas comer fruta y vergonzarme por mi pan, escuchar comentarios sobre sus matrimonios y pensar en el mío, ver como tienen organizados a los niños y pensar en mi anarquía.
¿Hacia dónde viajamos interiormente las mujeres? ¿Hacia la envidia? ¿Hacia el miedo a no ser la mejor? Me gustaría viajar más allá, estoy segura que hay paisajes maravillos dentro de nosotras, paisajes que algunas liberadas de espíritu han logrado, las que se liberaron de la educación, cultura, religión basadas en el patriarcado. Viginia Woolf dijo "No hay barrera, cerradura, ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente" pero generalmente nosotras tenemos la llave y no la queremos usar.

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